Vitamina D: un pilar esencial para la salud

 

Micro siesta

La micro-siesta, también conocida como flash nap o “power nap“, es un verdadero estímulo para el organismo. Tiene muchos beneficios para el cuerpo, pero también para la mente: aumento de la productividad, mejora de la memoria, reducción del estrés…

Aquí encontrará todo lo que hay que saber sobre la micro-siesta.

¿Qué es una micro-siesta?

Una micro-siesta es, como su nombre indica, una siesta corta de 5 a 10 minutos como máximo.

No se trata de dormirse profundamente, sino de relajarse permaneciendo sensible a los estímulos externos. Este momento de relajación permite entrar en la primera fase del sueño, la fase de sueño ligero. Como resultado, te despiertas rápidamente y vuelves a la realidad sin transición ni dificultad.

Los múltiples beneficios de la micro-siesta

La micro-siesta es un verdadero aliado cuando se trata de hacer frente a los bajones de mediodía. Te ayuda a mantenerte en forma durante más tiempo, dándote un chute de energía, tanto física como intelectual. Durante este tiempo de descanso, los ritmos respiratorio y cardíaco del organismo disminuyen y los músculos se relajan, lo que provoca una relajación profunda.

Su práctica regular puede ser muy beneficiosa para el organismo tanto a corto como a largo plazo. Además del bienestar instantáneo, la siesta flash ayuda a :

  • reforzar el sistema inmunitario
  • mejorar la capacidad cognitiva (aprendizaje y memoria)
  • aumentar la productividad
  • reducir el estrés
  • proteger contra problemas como el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares
  • reducir la hiperalgesia (sensibilidad al dolor)

Para las personas que padecen insomnio, la siesta flash también puede ayudar a compensar las consecuencias de la falta de sueño durante el día: somnolencia, disminución de la energía, dolores de cabeza o problemas de concentración. Sin embargo, no permite recuperar las horas de sueño de la noche anterior. Es energizante, pero no reparador, y no puede suplir la carencia de sueño.

El método de la micro-siesta

Para aprovechar al máximo los beneficios de las microsiestas, hay que seguir ciertas reglas.

¿Cuándo y durante cuánto tiempo?

Para que sea eficaz, no debe descansar más de 10 minutos. Más allá, corre el riesgo de caer en una fase de sueño profundo.

En cuanto al momento del día más adecuado, probablemente sea la fase de digestión, justo después de comer. En general, es el momento en el que se siente un bajón de energía. Pero cualquier otra sensación de cansancio durante el día es un buen momento para una micro-siesta. En lugar de luchar contra ella, es mejor concederse unos minutos de descanso para recargar las pilas.

micro siesta

¿Dónde?

La ventaja de la micro-siesta es que se puede hacer en cualquier sitio: en la oficina, en el coche, en el transporte público, en una sala de espera, etc.

Para estar en las mejores condiciones, te aconsejamos que elijas un lugar tranquilo, alejado del bullicio, donde tengas la seguridad de que no te van a molestar.

No es necesario tumbarse para practicar el micronapping, ya que el principio no es entrar en un sueño profundo. No obstante, adopta una postura cómoda y sin tensiones para favorecer la relajación. Por ejemplo, puede estar sentado en su escritorio, con la cabeza apoyada en los antebrazos, o con la espalda recostada en la silla, si ésta es lo suficientemente cómoda para que pueda apoyar la cabeza hacia atrás.

¿Cómo se hace?

Las primeras veces, es posible que te preocupe no ser capaz de conciliar el sueño, o que te quedes dormido y duermas demasiado tiempo.

Para tranquilizarte y conseguir la relajación profunda que ofrecen las microsiestas, puedes ayudarte utilizando métodos de relajación basados en la respiración o en la coherencia cardiaca. También puedes escuchar meditaciones guiadas para soltarte más fácilmente. Y para dejarse llevar sin preocuparse por si se despierta, le recomendamos que programe una alarma.

Otro método para evitar caer en un sueño profundo es el de Salvador Dalí. Consiste en echar una micro-siesta con un objeto metálico en la mano (una cuchara, un manojo de llaves, etc.). Al llegar al punto de quedarse dormido, el objeto cae ruidosamente al suelo y le despierta, ¡marcando el final de su tiempo de descanso!

Con un poco de experiencia, podrás practicar la siesta flash en cualquier lugar, en cualquier condición y en cualquier posición.

micro siesta

¿Para qué me sirve?

La micro-siesta ofrece una gran ventaja en muchas situaciones, y en particular para :

– optimizar su productividad a lo largo de la jornada laboral

– mejorar la concentración durante la revisión de un examen

– limitar los accidentes relacionados con la somnolencia, sobre todo al volante

– mejorar su rendimiento deportivo

– estimular la creatividad

De hecho, se utiliza habitualmente en profesiones especialmente expuestas al estrés y a la falta de sueño, como políticos, directivos de empresas y deportistas de élite… ¿Por qué no lo prueba usted mismo?

Vitamina D

Con la llegada de las estaciones más frías y menos soleadas, la cuestión de la vitamina D vuelve a ser protagonista. Y con razón: esta vitamina, a menudo denominada «vitamina del sol», desempeña un papel esencial en el mantenimiento de nuestra vitalidad general. Más allá de la simple salud ósea, contribuye al equilibrio de nuestro sistema inmunitario, nuestro estado de ánimo y nuestra energía, pero también a numerosas funciones metabólicas más discretas.

Sin embargo, a pesar de su importancia, gran parte de la población presenta una carencia de vitamina D, a veces sin siquiera saberlo.

En este artículo, le invito a descubrir por qué la vitamina D es tan valiosa, las razones por las que a menudo tenemos carencias y cómo reforzarla de forma natural en el día a día.

¿Cuál es la función de la vitamina D en el organismo?

La vitamina D actúa como un auténtico director de orquesta en nuestro organismo. Interviene en numerosos procesos fisiológicos esenciales para el equilibrio general del cuerpo.

Salud ósea y mineral

La vitamina D facilita la asimilación del calcio y el fósforo en el intestino, lo que permite su correcta fijación en los huesos y los dientes. Esta función de mediador mineral es indispensable para mantener una estructura ósea sólida y prevenir la desmineralización. Un déficit, incluso moderado, puede debilitar la masa ósea y favorecer trastornos como la osteopenia o la osteoporosis.

Apoyo al sistema inmunitario

También interviene en la modulación de la respuesta inmunitaria. Al activar ciertas células de defensa, la vitamina D ayuda al organismo a reaccionar mejor frente a los agentes infecciosos y a regular los fenómenos inflamatorios. Un aporte suficiente contribuye así a una mayor resistencia, especialmente durante los periodos de menor insolación, en los que las defensas naturales suelen estar más solicitadas.

Equilibrio emocional y vitalidad

La vitamina D también contribuye a la estabilidad emocional y al control del tono general. Influye en la síntesis de ciertos neurotransmisores implicados en la regulación del estado de ánimo, como la serotonina. Por lo tanto, un nivel insuficiente puede manifestarse en forma de bajón anímico, falta de energía o trastornos del sueño, especialmente durante la temporada invernal.

Funciones metabólicas y hormonales

Por último, la vitamina D actúa sobre varios ejes metabólicos: interviene en la regulación hormonal, la función muscular, la salud cardiovascular y el metabolismo de la glucosa. Estas múltiples interacciones explican por qué un buen equilibrio de vitamina D contribuye al mantenimiento del funcionamiento armonioso del organismo en su conjunto.

¿Por qué nuestras necesidades de vitamina D a menudo no se cubren adecuadamente?

A pesar de su importancia, gran parte de la población presenta niveles de vitamina D inferiores a los recomendados. Varios factores, relacionados con nuestro estilo de vida y nuestras particularidades individuales, explican esta situación, que se ha convertido en algo muy habitual.

Vitamina D

El estilo de vida moderno

 Nuestros hábitos actuales limitan considerablemente nuestra exposición natural al sol, la principal fuente de síntesis de vitamina D. Entre el trabajo en interiores, los transportes, las actividades de ocio sedentarias y el uso prolongado de pantallas, la piel rara vez se expone durante el tiempo suficiente a la luz directa.

La influencia de las estaciones y la latitud

La producción cutánea depende en gran medida de la época del año y de la zona geográfica. En determinadas latitudes, entre octubre y marzo, los rayos del sol son demasiado oblicuos para permitir una síntesis eficaz. Cuanto más lejos se vive del ecuador, más se alarga este periodo de «pausa solar», lo que explica la frecuente disminución de los niveles de vitamina D al final del invierno.

Las particularidades individuales

Algunos perfiles presentan mayores necesidades o una síntesis más débil:

  • las personas mayores, cuya piel produce menos vitamina D;
  • las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, cuyas necesidades aumentan;
  • las personas de piel oscura, ya que la melanina actúa como un filtro natural de los rayos UV;
  • las personas que padecen trastornos digestivos (malabsorción, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, etc.);
  • Las personas con sobrepeso o diabetes, ya que la vitamina D es liposoluble y puede «almacenarse» en los tejidos adiposos.
  • Las personas con insuficiencia renal, que limita la conversión de la vitamina D en su forma activa.

 

¿Cómo mantener de forma natural los niveles de vitamina D?

Vitamina D

A pesar de su importancia, gran parte de la población presenta niveles de vitamina D inferiores a los recomendados. Varios factores, relacionados con nuestro estilo de vida y nuestras particularidades individuales, explican esta situación, que se ha convertido en algo muy habitual.

Exponerse al sol de forma razonable

La principal fuente de vitamina D sigue siendo la síntesis cutánea bajo el efecto de los rayos UVB. Una exposición de entre 15 y 30 minutos al día, con los brazos y la cara descubiertos, suele ser suficiente en primavera y verano. Lo ideal es aprovechar las horas de mayor luminosidad (entre las 11:00 y las 15:00), evitando al mismo tiempo la exposición prolongada, que daña la piel.

Apostar por una alimentación adecuada

En cuanto a la alimentación, las fuentes naturales de vitamina D son relativamente escasas. Sin embargo, siguen siendo un valioso apoyo.

Se encuentra en los pescados grasos (salmón, caballa, sardinas, arenques), el hígado de bacalao, la yema de huevo, algunas setas y los productos enriquecidos. Combinar estos alimentos con fuentes de grasas buenas (aceite de oliva, nueces, aguacate) favorece una mejor asimilación.

Considerar una suplementación razonada

Cuando la exposición al sol y la alimentación ya no son suficientes, puede estar indicada una suplementación, especialmente en otoño-invierno o según los resultados de un análisis de sangre.

Se recomienda dar prioridad a la forma de vitamina D3, más biodisponible que la D2, idealmente de origen natural (vegetal o procedente de la lanolina). Para optimizar su asimilación, resulta especialmente interesante la suplementación conjunta con magnesio y vitamina K2: el magnesio favorece la conversión activa de la vitamina D, mientras que la K2 dirige el calcio hacia los huesos en lugar de hacia los tejidos blandos.

Por último, un análisis de sangre periódico permite ajustar la dosis según las necesidades individuales, ya que tampoco es deseable una suplementación excesiva.

Por lo tanto, la vitamina D desempeña un papel esencial en el equilibrio general de nuestro organismo.

Entonces, ¿por qué no empezar hoy mismo a evaluar su ingesta, ajustar su rutina y hacer de esta vitamina un verdadero aliado para la salud en el día a día?

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