Vitamina D: un pilar esencial para la salud

 

Probablemente has oído hablar del sistema nervioso: controla nuestro cuerpo a través de acciones voluntarias o involuntarias. Lo mismo ocurre con el sistema inmunológico: sabes que nos ayuda a combatir las infecciones. ¿Qué hay del sistema endocannabinoide? sin duda le será difícil saber lo que es. Y por una buena razón. Su “descubrimiento” es relativamente reciente. Los científicos comenzaron a estudiarlo hace unos 30 años. Con el tiempo, se ha observado que este sistema es de importancia capital en el funcionamiento de nuestro cuerpo.

 

¿Qué es el sistema endocannabinoide?

El sistema endocannabinoide nunca ha recibido mucha atención de la comunidad científica. Las investigaciones y los estudios comenzaron hace sólo unos treinta años, y algunos de ellos están siendo silenciados por la industria farmacéutica. Sin embargo, todos los estudios apuntan a conclusiones similares. El sistema endocannabinoide es esencial para mantenernos sanos. Su nombre proviene de la planta que contribuyó a su descubrimiento a finales de los años 80. Este sistema participa en la regulación y el equilibrio del organismo. Interviene en la comunicación entre las células, el metabolismo, el sueño, el apetito, la digestión, el hambre, el humor, el relajación muscular, pero también en las funciones inmunitarias, la reproducción, la fertilidad, el placer, la recompensa, el dolor o la regulación térmica. En resumen, el sistema endocannabinoide regula el funcionamiento general de nuestro cuerpo.

 

¿Cómo funciona el sistema endocannabinoide?

Todos tenemos receptores cannabinoides. Están localizados en nuestro cerebro y en todo nuestro cuerpo: pulmones, hígado, intestinos, útero, testículos y muchos otros órganos. Estos receptores se activan cuando consumimos THC, que es el ingrediente activo del cannabis. Sin embargo, el THC no es la única sustancia que se encuentra en esta planta. Las diferentes variedades de plantas de la familia del cannabis pueden contener hasta 100 sustancias cannabinoides.
Lo que la mayoría de la gente no sabe es que los receptores del sistema endocannabinoide también se activan sin ingerir esta sustancia. El cuerpo puede hacer esto por sí mismo. Produce naturalmente moléculas que se unen a nuestros receptores cannabinoides y causan los efectos de la planta, imitando su acción, pero sin consumirla.
Para imitar esta acción, imaginen llaves y cerraduras. Los receptores son cerraduras. Para abrirlos, se necesitan llaves, llamadas ligandos en bioquímica. Este mecanismo constituye el sistema endocannabinoide. La especificidad de este sistema endocannabinoide radica en que nuestro cuerpo produce estas moléculas similares a las del cannabis, según sus necesidades. El prefijo “endo” implica esta “autoproducción” y significa interno. Es interesante observar que la leche materna contiene sustancias cannabinoides.

 

¿Cómo funciona el sistema endocannabinoide?

El sistema endocannabinoide está compuesto por 3 elementos clave:

• Las enzimas que crean o destruyen los cannabinoides
• Los receptores de las células que reciben los cannabinoides
• Las moléculas endocannabinoides producidas naturalmente por el cuerpo

Hay dos tipos de receptores :

  • Receptor CB1 : Se encuentra en el sistema nervioso central y periférico, así como en las células nerviosas y gliales que participan en el proceso de aprendizaje y la memoria.
  • Receptor CB2 : Muchos se encuentran en las células del sistema inmunológico. También están presentes en el sistema digestivo, el hígado, las células grasas.

 

¿Cuál es el papel del sistema endocannabinoide?

Se cree que el sistema endocannabinoide es mantener la homeostasis. Este término se refiere al proceso que regula el equilibrio y el funcionamiento normal del cuerpo. En otras palabras, nos mantiene saludables. Este mecanismo juega un papel en el hambre, el control del peso, la temperatura corporal, la digestión, el dolor, la energía, el sueño, el apetito, el relajación muscular, las funciones reproductivas, el placer, la regulación de la inflamación…
En cierto modo, los endocannabinoides son responsables de la buena armonía entre el cuerpo y la mente. Por lo tanto, la función esencial de este sistema es reaccionar a las señales de estrés para mantener el equilibrio. Si funciona mal, porque el equilibrio está alterado, pueden producirse enfermedades. Según investigaciones recientes, un estilo de vida pobre o una dieta desequilibrada pueden alterar esta armonía.

 

El sistema endocannabinoide y la obesidad

Este sistema endocannabinoide juega un papel importante en el exceso de peso. Según los estudios científicos, en esta situación particular, los dos receptores CB1 y CB2 no serían estimulados de manera homogénea. El receptor CB1 está sobreestimulado. Mediante su acción a nivel del sistema nervioso central y autonómico, conduciría a un aumento de la ingesta de alimentos. Esto también tendría consecuencias en los sentidos olfativo, visual y gustativo, lo que estimularía la atracción por los alimentos grasos y calóricos. Otros efectos de esta estimulación excesiva: una disminución del consumo del calóricos y el uso de lípidos como combustible por parte de los tejidos periféricos. El receptor CB1 sobre estimulado parece aumentar el almacenamiento del calóricos con al acumulación de grasas, el aumento los niveles de insulina y glucosa. Sin mencionar una absorción mucho más fácil de lípidos por las células grasas del tejido adiposo. En cuanto al receptor CB2, sería un poco perezoso. Por lo tanto, insuficientemente estimulado, llevaría a un almacenamiento más fácil de grasas, y por lo tanto a un aumento de peso.

La solución para reequilibrar todo es reducir la estimulación de los receptores CB1 y estimular los receptores CB2. Esto es exactamente lo que obtienes al tomar CBD, con el efecto de regular tu apetito. Pero eso no es todo. Puede reducir la ansiedad, que hace que las personas coman para aliviar el estrés, no para satisfacer el hambre. Finalmente, la última gran ventaja de la CBD es que promueve la liberación de las grasas almacenadas. Esto amplifica los beneficios de una disminución de la producción de insulina, obtenida mediante una dieta más favorable. En resumen, el CBD podría tener un efecto muy interesante en la pérdida de peso.

Las investigaciones y estudios científicos continúan hasta hoy, ya que este sistema probablemente no ha revelado todos sus secretos. El descubrimiento es reciente, pero su interés por nuestra salud es cada vez más claro.

  • El aceite de CBD es generalmente bien tolerado y seguro en altas dosis.
  • Es aconsejable tomarlo antes de las comidas principales.

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Vitamina D

Con la llegada de las estaciones más frías y menos soleadas, la cuestión de la vitamina D vuelve a ser protagonista. Y con razón: esta vitamina, a menudo denominada «vitamina del sol», desempeña un papel esencial en el mantenimiento de nuestra vitalidad general. Más allá de la simple salud ósea, contribuye al equilibrio de nuestro sistema inmunitario, nuestro estado de ánimo y nuestra energía, pero también a numerosas funciones metabólicas más discretas.

Sin embargo, a pesar de su importancia, gran parte de la población presenta una carencia de vitamina D, a veces sin siquiera saberlo.

En este artículo, le invito a descubrir por qué la vitamina D es tan valiosa, las razones por las que a menudo tenemos carencias y cómo reforzarla de forma natural en el día a día.

¿Cuál es la función de la vitamina D en el organismo?

La vitamina D actúa como un auténtico director de orquesta en nuestro organismo. Interviene en numerosos procesos fisiológicos esenciales para el equilibrio general del cuerpo.

Salud ósea y mineral

La vitamina D facilita la asimilación del calcio y el fósforo en el intestino, lo que permite su correcta fijación en los huesos y los dientes. Esta función de mediador mineral es indispensable para mantener una estructura ósea sólida y prevenir la desmineralización. Un déficit, incluso moderado, puede debilitar la masa ósea y favorecer trastornos como la osteopenia o la osteoporosis.

Apoyo al sistema inmunitario

También interviene en la modulación de la respuesta inmunitaria. Al activar ciertas células de defensa, la vitamina D ayuda al organismo a reaccionar mejor frente a los agentes infecciosos y a regular los fenómenos inflamatorios. Un aporte suficiente contribuye así a una mayor resistencia, especialmente durante los periodos de menor insolación, en los que las defensas naturales suelen estar más solicitadas.

Equilibrio emocional y vitalidad

La vitamina D también contribuye a la estabilidad emocional y al control del tono general. Influye en la síntesis de ciertos neurotransmisores implicados en la regulación del estado de ánimo, como la serotonina. Por lo tanto, un nivel insuficiente puede manifestarse en forma de bajón anímico, falta de energía o trastornos del sueño, especialmente durante la temporada invernal.

Funciones metabólicas y hormonales

Por último, la vitamina D actúa sobre varios ejes metabólicos: interviene en la regulación hormonal, la función muscular, la salud cardiovascular y el metabolismo de la glucosa. Estas múltiples interacciones explican por qué un buen equilibrio de vitamina D contribuye al mantenimiento del funcionamiento armonioso del organismo en su conjunto.

¿Por qué nuestras necesidades de vitamina D a menudo no se cubren adecuadamente?

A pesar de su importancia, gran parte de la población presenta niveles de vitamina D inferiores a los recomendados. Varios factores, relacionados con nuestro estilo de vida y nuestras particularidades individuales, explican esta situación, que se ha convertido en algo muy habitual.

Vitamina D

El estilo de vida moderno

 Nuestros hábitos actuales limitan considerablemente nuestra exposición natural al sol, la principal fuente de síntesis de vitamina D. Entre el trabajo en interiores, los transportes, las actividades de ocio sedentarias y el uso prolongado de pantallas, la piel rara vez se expone durante el tiempo suficiente a la luz directa.

La influencia de las estaciones y la latitud

La producción cutánea depende en gran medida de la época del año y de la zona geográfica. En determinadas latitudes, entre octubre y marzo, los rayos del sol son demasiado oblicuos para permitir una síntesis eficaz. Cuanto más lejos se vive del ecuador, más se alarga este periodo de «pausa solar», lo que explica la frecuente disminución de los niveles de vitamina D al final del invierno.

Las particularidades individuales

Algunos perfiles presentan mayores necesidades o una síntesis más débil:

  • las personas mayores, cuya piel produce menos vitamina D;
  • las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, cuyas necesidades aumentan;
  • las personas de piel oscura, ya que la melanina actúa como un filtro natural de los rayos UV;
  • las personas que padecen trastornos digestivos (malabsorción, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, etc.);
  • Las personas con sobrepeso o diabetes, ya que la vitamina D es liposoluble y puede «almacenarse» en los tejidos adiposos.
  • Las personas con insuficiencia renal, que limita la conversión de la vitamina D en su forma activa.

 

¿Cómo mantener de forma natural los niveles de vitamina D?

Vitamina D

A pesar de su importancia, gran parte de la población presenta niveles de vitamina D inferiores a los recomendados. Varios factores, relacionados con nuestro estilo de vida y nuestras particularidades individuales, explican esta situación, que se ha convertido en algo muy habitual.

Exponerse al sol de forma razonable

La principal fuente de vitamina D sigue siendo la síntesis cutánea bajo el efecto de los rayos UVB. Una exposición de entre 15 y 30 minutos al día, con los brazos y la cara descubiertos, suele ser suficiente en primavera y verano. Lo ideal es aprovechar las horas de mayor luminosidad (entre las 11:00 y las 15:00), evitando al mismo tiempo la exposición prolongada, que daña la piel.

Apostar por una alimentación adecuada

En cuanto a la alimentación, las fuentes naturales de vitamina D son relativamente escasas. Sin embargo, siguen siendo un valioso apoyo.

Se encuentra en los pescados grasos (salmón, caballa, sardinas, arenques), el hígado de bacalao, la yema de huevo, algunas setas y los productos enriquecidos. Combinar estos alimentos con fuentes de grasas buenas (aceite de oliva, nueces, aguacate) favorece una mejor asimilación.

Considerar una suplementación razonada

Cuando la exposición al sol y la alimentación ya no son suficientes, puede estar indicada una suplementación, especialmente en otoño-invierno o según los resultados de un análisis de sangre.

Se recomienda dar prioridad a la forma de vitamina D3, más biodisponible que la D2, idealmente de origen natural (vegetal o procedente de la lanolina). Para optimizar su asimilación, resulta especialmente interesante la suplementación conjunta con magnesio y vitamina K2: el magnesio favorece la conversión activa de la vitamina D, mientras que la K2 dirige el calcio hacia los huesos en lugar de hacia los tejidos blandos.

Por último, un análisis de sangre periódico permite ajustar la dosis según las necesidades individuales, ya que tampoco es deseable una suplementación excesiva.

Por lo tanto, la vitamina D desempeña un papel esencial en el equilibrio general de nuestro organismo.

Entonces, ¿por qué no empezar hoy mismo a evaluar su ingesta, ajustar su rutina y hacer de esta vitamina un verdadero aliado para la salud en el día a día?

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